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El esmalte cerámico no solo contribuye a la belleza estética de las piezas cerámicas, sino que también juega un papel crucial en su funcionalidad, durabilidad y facilidad de mantenimiento.
Aquí están los principales usos del esmalte cerámico:
Color y Brillo: El esmalte cerámico proporciona un acabado colorido y brillante a las piezas de cerámica. Los esmaltes pueden ser opacos, transparentes, satinados o brillantes, y pueden tener una amplia gama de colores y efectos visuales.
Textura: Dependiendo de la formulación, el esmalte puede añadir texturas y patrones interesantes a la superficie de la cerámica, creando efectos decorativos únicos.
Impermeabilización: El esmalte forma una capa protectora sobre la cerámica, que ayuda a hacer la pieza impermeable al agua y otros líquidos. Esto es crucial para la durabilidad de las piezas funcionales como vajillas y utensilios.
Resistencia a la Abrasión: El esmalte proporciona una capa dura que protege la cerámica de rasguños, manchas y desgaste.
La superficie esmaltada es mucho más fácil de limpiar en comparación con la cerámica sin esmalte. El esmalte crea una barrera no porosa que evita la acumulación de suciedad y facilita la limpieza con un simple paño o esponja.